Cuando conocí el Ho’oponopono a través de un libro que compré hace años, me parecía imposible que el hecho de repetir solo cuatro palabras: “Lo siento, Perdona, Gracias, Te amo” fuera tan poderoso y produjera una sensación de calma y de paz casi inmediata en mí. Siempre me ha costado mucho meditar ya que parece que nunca encuentro el tiempo, la continuidad y el espacio adecuado para hacerlo. Por eso, en el Ho’oponopono encontré una herramienta de sanación muy útil y que puedo practicar en cualquier momento y situación hasta integrarlo en mi día a día.
Ho’oponopono es una palabra que tiene varios significados. Los principales serían: “la acción correcta”, “poner las cosas en orden” o “corregir el error”. Se trata de una herramienta ancestral originaria de Hawaiï y que tiene miles de años de historia. Antiguamente ya se utilizaba para solucionar problemas en la comunidad, ya que los antiguos pobladores de aquellas islas remotas creían y creen que el estado normal del ser humano es ser feliz y, si hay algún problema que te hace salir de ese estado, con el Ho’oponopono lo puedes solucionar.
En el siglo XX, Morrnah Simeona, una sanadora de Hawai, adaptó este sistema tradicional basado en el perdón y la compasión y lo introdujo en Occidente. Un alumno suyo, el Dr. Len, hizo algo espectacular con Ho’oponopono: entró a trabajar en un hospital psiquátrico de Hawai donde los internos eran criminales y, practicando Ho’oponopono con él mismo y con los expedientes de los pacientes, acabaron dando a prácticamente todos de alta al cabo de unos años y cerraron esa área del hospital.
La base del Ho’oponopono consiste en aceptar que tú eres responsable de todo lo que te pasa y que tú también has creado aquello. El Dr. Len sabía que si estaba allí era porque, de alguna forma, él también era cocreador de lo que les había sucedido a aquellos reclusos, así que empezó a practicar Ho’oponopono para limpiar y sanar esas memorias que compartía con los internos y, sanándose él, los reclusos empezaron a sanar también. Fue algo espectacular que está documentado.
No es casualidad que tengamos problemas que creemos que son causados por los demás y que provocan en nosotros situaciones o emociones que nos apartan de nuestro centro o esencia de paz y felicidad. Tendemos a culpar a lo de afuera de lo que nos pasa adentro, ya sea una discusión con tu jefe, un problema con una amiga, algo que ha hecho tu hijo que no te ha sentado bien, una situación familiar que te preocupa, etc.
Pero todo está conectado y, si tenemos algún problema o preocupación en relación a alguien o a algo, es porque compartimos memorias inconscientes que pueden proceder de generaciones anteriores o incluso de otras vidas.
Si, en vez de adoptar el papel de víctima, asumimos que tenemos una responsabilidad en aquello que nos está pasando y sintiendo, es cuando nos damos cuenta que también tenemos el poder de sanarlo. Y esto es lo que hace el Ho’oponopono. Te permite crear paz en tu vida, conectarte con quién eres realmente y dejar aquello que no eres. Si tú desactivas y sanas esa memoria compartida con otro, la sanas en ti pero también la estás sanando en el otro.
Esta herramienta utiliza el poder de la palabra para pedir, a tu parte más elevada o de divinidad, que todo aquello que está en tu interior y que desconoces, pero que puede hacer que experimentes algunas situaciones como un problema, se limpie y se deje ir.
Pedirlo es muy sencillo: a través de cuatro palabras poderosas. “Lo siento, Perdona, Gracias, Te amo”. Está demostrado que estas cuatro palabras tienen una vibración energética concreta en cualquier idioma. Su repetición -en voz alta, mentalmente o escribiéndolas- es lo que hace que puedas ir limpiando y sanando esas memorias y creencias y genera un estado de paz contigo mism@ y con la vida.
“Lo Siento” y “Perdona” lo dices por aquello que hay en ti que ha creado esa situación que te enoja, entristece o preocupa.
“Te Amo» te lo dices desde la compasión hacia ti mism@ y desde el amor que tú eres y que hay en ti.
“Gracias” muestra gratitud, que es una de las emociones más poderosas relacionadas con la felicidad y la paz interior.
El Ho’oponopono se puede aplicar a cualquier problema o situación porque lo que pides a través de estas cuatro palabras es limpiar y sanar esa parte de ti que es responsable de la situación. Es importante aceptar que en todo lo que nos pasa existe una parte de responsabilidad nuestra porque esa es precisamente la clave para saber que también nosotr@s somos los que tenemos el poder de sanarlo, sin esperar que sea lo externo o alguien de fuera quien lo haga.
Focalízate en el problema en cuestión, empieza a practicar Ho’oponopono repitiendo las cuatro palabras el tiempo que te resuene y… ¡déjate sorprender por los resultados!
Con esta poderosa herramienta, tomas consciencia de que solo tú eres responsable y creador@ de tu realidad.