Estás en este planeta y en este momento de la historia para llevar a cabo tu propósito de alma como semilla estelar
Dicen que las semillas estelares son almas sabias que han encarnado en diferentes lugares, no solo de la Tierra, sino del universo. Suelen estar caracterizadas por sentir que tienen un propósito y misión concretos en este momento de la historia, relacionados muchas veces con el despertar espiritual y con la elevación de la consciencia planetaria.
Suelen recordar con facilidad vidas pasadas, tienen la intuición y la sensibilidad a flor de piel y saben descifrar mensajes y señales a través de los sueños y sincronicidades. Les fascina mirar el cielo estrellado y, al hacerlo, sienten la nostalgia del hogar que alguna vez tuvieron a miles de kilómetros luz de aquí.
Por ese motivo, a veces les cuesta encajar en un mundo tan material y tangible y tienen la sensación de pasar la vida en busca del sentido de su existencia aquí en la Tierra. Pueden sentirse solas o incomprendidas por el entorno, pero su alma sabe que en el camino irán encontrando su clan de semillas estelares con las que compartir, sostener y ayudarse mutuamente en su misión de aportar luz al planeta.
Existen algunas técnicas para comprobar si eres una semilla estelar: los registros akáshicos o la hipnosis regresiva te pueden ayudar a recordar hechos de vidas pasadas en la Tierra o en otras partes del universo. Es información que te puede servir para comprender el por qué te sientes fuera de sitio en este planeta o incómod@ dentro de los límites del cuerpo humano en el que has encarnado. Pero no es bueno quedarse apegado a esa nostalgia por un pasado que forma parte de lo que eres ahora. Dicho pasado también ha de servirte para darte cuenta de que tu misión en la Tierra sucede en tiempo presente y has venido a cumplirla, aquí y ahora.
Dicha misión pasa por conocer el propósito de tu alma. Y te preguntarás: ¿cómo descubrirlo? Existen técnicas astrológicas que permiten poder ver en tu mapa natal aquellos dones, habilidades y circunstancias que forman parte de este propósito. Pero, existe también otra forma que puede ayudarte a saber para qué has venido a este mundo. Pregúntate y reflexiona sobre aquello que te gusta hacer y se te da bien. ¿Qué es aquello que nunca te da pereza hacer y que, cuando estás en ello, el tiempo pasa volando? ¿Si tuvieras tu vida resuelta desde un punto de vista material, a qué te dedicarías? ¿Qué es aquello que haces sin que te importe mucho si ello te va a proporcionar ingresos económicos? ¿Qué tipo de tarea, afición o proyecto te motiva tanto que hasta puede alegrarte un mal día y elevar tu vibración energética?
Para algun@s s será un proyecto o tarea relacionado con la creatividad, para otr@s con la comunicación, o la innovación, o ayudar a los demás, o meditar o jugar con niños, o enseñar, o cocinar…. No hace falta que tu propósito esté relacionado con algo muy profundo o muy espiritual o con la última carrera o trabajo de moda. Si te siente motivad@ y disfrutas de aquello que haces y te sientes feliz, ilusionad@ y realizad@ en tu día a día, sabrás que estás viviendo de forma alineada con tu propósito.
A veces es mucho más sencillo de lo que nos puede parecer pero es cierto, que puede haber épocas de nuestra vida en que sintamos que nos hemos perdido o que no sabemos interpretar la brújula que nos guía en el camino. Es entonces cuando seguramente nos encontraremos con personas junto a las cuales o, gracias a las cuales, viviremos aquellas experiencias o aprendizajes necesarios para despejar cualquier atisbo de duda y volver a marcar nuestro propio rumbo, con confianza, voluntad y coraje.
Has de saber que algunas de estas personas forman parte de tu familia de almas y que puede que llevéis muchas vidas ayudándoos o aprendiendo las unas de las otras. Ten en cuenta también que, con algunas de ellas, firmaste en algún momento pasado un contrato de alma, una especie de acuerdo que indicaba que debíais reencontraros en algún momento y durante algún tiempo de vuestra vida presente aquí en la Tierra para llevar a cabo una parte de vuestra misión o aprendizaje de forma conjunta. Así que, cuando estos contratos acaban, la primera sensación puede ser de tristeza o decepción pero, lejos de estas emociones, siente simplemente todo aquello que tu alma ha aportado a la de la otra persona y viceversa, agradece de corazón vuestro encuentro y libérate de ese contrato y de ese vínculo que siempre habían tenido fecha de caducidad.
Y recuerda: Estás hech@ de estrellas y, como ellas, eres capaz de brillar en la noche más oscura.
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