Hace ya tiempo que las redes, blogs y podcasts están inundados de artículos, posts y opiniones acerca del denominado “Síndrome de la Impostora”, y que agrupa una serie de “síntomas” que hacen que no nos sintamos suficientemente preparadas o con la suficiente confianza como para asumir retos profesionales o proyectos para los que consideramos que aún nos falta experiencia o conocimiento. Esto suele desencadenar en el hecho de no “atrevernos” a lanzar ese emprendimiento que hace siglos que nos ronda por la cabeza o a dedicarnos a aquello que sabemos que es nuestra auténtica vocación porque, en nuestro interior, creemos que no vamos a estar a la altura quizás de otros profesionales a los que admiramos y que son un referente para nosotras.
Frases como “No soy suficientemente buena en esto”, “No voy a ser capaz”, “Me falta experiencia”, “Tengo que aprender más”…forman parte de ese diálogo interno que va minando nuestra autoestima, autoconfianza y nuestro propio poder personal.
Pero…¡no hace falta preocuparse!. Este síndrome ha generado que aparezcan un montón de charlas y cursos en los que, en unas pocas horas, te dan cuatro herramientas para “empoderarte” y creer que tú sí que puedes. Y mi pregunta sería: ¿Seguro que puedes? ¿Seguro que es el momento?. Voy a hablar de los dos temas que mejor conozco, que son la comunicación y el marketing y las terapias y herramientas relacionadas con el autoconocimiento.
A lo largo de toda mi vida profesional como periodista, escritora de contenidos y consultora de comunicación, he visto, por activa y por pasiva, como en la mayoría de las empresas y organizaciones con las que he trabajado todo el mundo “sabe” de marketing y comunicación. Mientras yo nunca me atrevería a opinar sobre un plan financiero porque reconozco que no entiendo lo suficiente de economía, parece que todo el mundo puede opinar y sabe sobre estrategias de marketing, redes sociales, etc. Haces un curso intensivo de marketing online de un fin de semana (o ni eso) y…¡ya está!. Seguro que se te ocurren un montón de ideas creativas para poner en marcha y asesorar a otras marcas y emprendedores pero, ¿qué estrategia hay detrás de ellas? Porque ideas, podemos tener todos muchas, pero si no existe una estrategia de base para ejecutarlas, de poco van a servir.
Lo mismo sirve para la escritura y la enseñanza. Que tú seas bueno en algo no significa que sepas cómo transmitirlo a través de un artículo o de una clase. Seguro que todos recordamos aquel profesor que era tan reconocido profesionalmente, pero cuyas clases eran un tostón porque las habilidades comunicativas no eran lo suyo. Pero ahora, todo el mundo puede escribir, todo el mundo puede hacer cursos, todo el mundo puede presentar podcasts, todo el mundo es comunicador.
El universo de las terapias alternativas es otro filón en este sentido. Como astróloga, he dedicado años de mi vida a estudiar, profundizar y practicar astrología entre amigos y familiares antes de decidirme a realizar lecturas de cartas natales a nivel profesional. ¿Síndrome del impostor?. No lo creo. Yo le llamaría coherencia y rigor. No hay que perder la perspectiva que delante de ti tienes a una persona que normalmente no sabe nada de astrología y que te está preguntando por problemas o temas de su vida que le preocupan y que normalmente va a confiar en ti y en aquello que le digas.
¿Os imagináis el efecto que eso puede tener en alguien cuando le decimos A o B si no tenemos los conocimientos y experiencia previa necesarios?. Y esto aplica para otras herramientas como pueden ser el Tarot, las constelaciones familiares, el coaching o el Reiki, por ejemplo. No podemos hacer un curso de dos fines de semana y salir al mundo con un Instagram chulo a querer ganarnos la vida haciendo lecturas de Tarot cuando hay profesionales que llevan años en ello y que empezaron aprendiendo, practicando de forma altruista con amigos o familiares y, poco a poco, ganaron esa confianza necesaria que solo puede venir del conocimiento, la práctica, la experiencia y la rigurosidad profesional y no de un webinar express de empoderamiento + marketing online.
Por ese motivo, no se trata de tener o no el “Síndrome de la Impostora” y sentir que nunca se está suficientemente preparada para emprender cualquier proyecto o iniciar una nueva trayectoria profesional en tu vida, sino de ser coherente con unos valores, con unos conocimientos, con una experiencia y con una integridad personal y profesional y discernir, conectando con tu propia verdad, si es el momento o no de saltar al ruedo.
Como decía siempre un profesor que tuve hace años: “En esta vida puedes hacer cualquier cosa que te propongas siempre que estés preparado para ello”.